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Reacciones alérgicas en Anestesia
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Reacciones alérgicas en Anestesia
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Si no hemos identificado claramente un agente farmacológico como posible responsable de la reacción, debe estar siempre en mente, la posibilidad de que se trate de una reacción anafiláctica al látex, por lo que todo el personal debe quitarse los guantes de látex, y crear un ambiente sin látex alrededor del paciente, hasta que se realicen los estudios alergológicos definitivos(21,22,24,28,29,38,40,41).

Encaminados a disminuir la producción de mediadores secundarios de la reacción anafiláctica clásicamente se han venido utilizando los corticoides, como agentes antiinflamatorios y antiedematosos que verdaderamente son(4,64).   Por tanto, se puede seguir recomendando su uso, sabiendo que su beneficio en la fase aguda de la reacción es escaso o nulo, y que hoy día en la literatura no gozan de grandes admiradores(8,62), pero su utilización precoz, puede disminuir las reacciones inflamatorias en cadena que se establecen una vez iniciada la reacción anafiláctica(1).   Se recomienda el empleo de hemisuccinato de hidrocortisona (5-10 mg/kg. IV, dosis máxima de 1 gr) o de metilprednisolona (2,5-5 mg/kg. IV, dosis máxima de 500 mg.), porque no disponen de conservantes que son también responsables de reacciones adversas(1,6,7,10).

Los fármacos antihistamínicos bloquean los efectos de la histamina en sus órganos diana, por lo que serían fármacos teóricamente muy eficaces.   Sin embargo, se ha demostrado que una vez que una reacción anafiláctica se haya ya establecida, los antihistamínicos no tiene ninguna eficacia terapéutica, no estando recomendado su uso en la fase aguda, y sólo se reserva su uso para los tratamientos profilácticos o preventivos preoperatorios en personas seleccionadas(4,5,53,64).

 

Medidas de soporte vital avanzado:

A) Soporte ventilatorio:   En primer lugar, hay que asegurar una adecuada oxigenación y ventilación eficaz, para ello en las situaciones leves bastará con enriquecer la fracción inspirada de oxígeno con unas gafas nasales o una mascarilla facial, hasta en las situaciones más graves será preciso la intubación orotraqueal y la ventilación mecánica sólo con oxígeno(4,5,53,64).

El broncoespasmo es la manifestación respiratoria más frecuente, y requiere un cuidadoso diagnóstico diferencial, con todas aquellas situaciones que cursen con elevación de la presión en las vías aéreas, (neumotórax bilateral, intubación selectiva bronquial, obstrucciones del tubo endotraqueal, colapso del tubo endotraqueal, mal funcionamiento de la máquina de anestesia, etc.) (4,5).   El tratamiento de elección es un soporte ventilatorio adecuado, evitando el barotrauma y el atrapamiento aéreo, y el fármaco de elección es la adrenalina, administrada por vía endotraqueal (dilución 1:10.000, 30 mcg/kg. cada 5 minutos.), si la manifestación clínica principal es el broncoespasmo, o por vía intravenosa si además, existe sintomatología hemodinámica ( 1:10.000, 10 mcg/kg cada 5 minutos), hasta estabilización del paciente(4,10,62,64).   Si el broncoespasmo no cede se asociará salbutamol, primero inhalado (2-3 puf c/ 4 h.), y sino cede, en perfusión continua (0,5-1 mcg/kg/min. hasta un máximo de 25 mcg/min.) (14,62,64).   El siguiente fármaco que se puede asociar si no existe remisión del broncoespasmo es la aminofilina, con una dosis inicial de carga de 5 mg/kg a pasar en 30 minutos, seguido de una perfusión continua de 0,5-1 mg/kg/h.   Las metilxantinas pueden agravar la hipotensión arterial por tener un efecto vasodilatador periférico e inducir arritmias cardiacas, por lo que no deben usarse hasta conseguir una adecuada estabilidad hemodinámica y una estrecha vigilancia electrocardiográfica(6,7,53).



 
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